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lunes, 13 de noviembre de 2017

Técnicas de estudio: las Fichas Bibliográficas, los Apuntes, el Subrayado y el Resumen

Mediante algunos cambios de hábitos que impliquen la organización eficaz del tiempo y una lectura comprensiva de los textos se pueden lograr cambios significativos en los resultados que se obtengan a la hora de estudiar. Pero, además de estos dos aspectos fundamentales, hay algunos recursos útiles que se pueden incorporar y que les servirán para hacer más eficiente su práctica de estudio. Se trata de herramientas que servirán para cualquier materia de estudio y que aumentarán la productividad de lo aprendido. 

Estas herramientas, que algunos autores también llaman métodos, podrían en principio ser clasificadas en dos grandes grupos: por un lado tenemos métodos para organizar el material de estudio y  por el otro métodos para aprenderlo. En el primer grupo se incluyen las fichas tipo bibliográficas. En el segundo, la toma de apuntes, el subrayado, el resumen, el esquema, el cuadro sinóptico y el mapa conceptual.

La finalidad del primer grupo de métodos es registrar, mediante la técnica de la cita, diversos datos y fragmentos de uno o varios objetos de estudio. Con este método se formalizan datos concretos que en una instancia posterior podrán utilizarse, por ejemplo, en informes, monografías, tesis, etc.

 Los métodos para formalizar el material de estudio a través del fichaje suelen ser muy útiles cuando se cuenta con gran cantidad de textos. A través de las fichas, se facilitarán diversos trabajos, como por ejemplo, de relación de autores o temas.

Fichas bibliográficas como herramientas para el estudio. 

Las fichas son la herramienta más adecuada para documentar bibliografía. Tradicionalmente consistían en unidades rectangulares, generalmente de cartón blando, donde se podía registrar cierta información relacionada con un texto, permitiendo de ese modo guardar en forma sencilla algunos datos y comprenderlos mejor. Como en general solían tener un tamaño pequeño, se las podía almacenar en un fichero por orden alfabético, materia, título o autor. Como dijimos, hablamos del formato tradicional de la ficha, pero hoy es posible realizar el fichaje en soporte digital, lo que facilita incorporar material, modificarlo, corregirlo y compartirlo con otros.
Al realizar una ficha bibliográfica deben asegurarse que los datos que registren en ella sirva para identificar con precisión una obra. Por ejemplo, en el caso de que sea un libro, se deben registrar algunos de los siguientes elementos:
  • Autor de la obra.
  • Título. 
  • Título original si es una traducción. 
  • Número de edición. 
  • Lugar de la publicación. 
  • Editor. 
  • Año de publicación. 
  • Número de páginas.
  • Número de volúmenes. 
  • Indicación de tablas e ilustraciones. 
  • Título de la colección o serie, y número de la publicación dentro de la serie. 
Estos elementos los obtienen consultando la portada del libro. Un buen hábito de estudio consiste en realizar las fichas bibliográficas de cada uno de los textos que deben leer para una materia determinada. Esta modalidad no solo sirve para organizar el material de estudio, sino que también ayuda como técnica de repaso, si además de los datos arriba indicados agregan, por ejemplo, palabras claves o temas que trata el texto. Es recomendable efectuar esta tarea una vez leído el material.

Recomendación… 

Pueden utilizar para hacer sus propias fichas bibliográficas  programas como Excel u OpenOffice.org Calc. Es recomendable que armen sus fichas en alguna de estas herramientas, ya que les permitirá establecer columnas y filas con los datos de los textos, ordenarlos alfabéticamente, por fecha o por los rangos que definan. Podrán además pintar las celdas con distintos colores: por ejemplo, de amarillo los textos que traten el mismo tema o de rojo los del mismo autor. Pueden probar las distintas funciones que permite cada programa y adecuarlas a sus necesidades.

Apuntes como herramientas para el estudio.

Otro hábito efectivo para mejorar el rendimiento en el estudio consiste en la toma de apuntes, es decir resúmenes de las explicaciones que da el profesor durante la clase.

Tomar apuntes de forma correcta requiere el desarrollo de una habilidad que puede resultar muy útil como herramienta de estudio. No es registrar todo lo que dice el profesor, sino comprimir lo más importante de cada exposición. Aprender a tomar apuntes los ayudará a incorporar mejor los contenidos de una clase, un curso o conferencia. Hemos destacamos al abordar el tema de la lectura comprensiva cuál es la importancia de adoptar una postura activa frente al texto. Esta misma actitud es la que deberán adquirir a la hora de tomar apuntes, de modo de prestar atención y juzgar continuamente qué es lo más importante entre todo lo que el docente está diciendo.
La técnica de toma de apuntes es valiosa incluso si el apunte no se utiliza con posterioridad, ya que lo más importante es que les permitirá prestar atención y captar el mensaje central de la clase. Ese es el principal objetivo de esta herramienta.


Algunas sugerencias para tomar buenos apuntes: 

  • Indiquen en la parte superior de la hoja la fecha y la asignatura, además de aquellos datos que puedan resultarles útiles (nombre del profesor, tema de la clase). Esto les ayudará a encontrarlos fácilmente cada vez que los necesiten. 
  • Usen títulos y subtítulos para ordenar el material.
  • Pueden utilizar el subrayado, las mayúsculas y las notas al margen para destacar los datos más relevantes. 
  • Si el ritmo de la exposición lo permite, empleen más de un color. Favorece la memorización y evita la monotonía. 
  • La clase no es un dictado para registrar palabra por palabra. Como ya hemos mencionado, los apuntes son una condensación de lo que se dice y no su registro literal.
  • Resuman con sus propias palabras; así establecerán asociaciones entre ideas. 
  • Es conveniente que estén muy atentos a los conceptos significativos y a expresiones que indican la intención de sintetizar, explicar y aclarar ideas básicas por parte del profesor. 
  • También deben poner especial atención tanto al comienzo como al final de la clase, ya que la síntesis de la exposición con que suele iniciarse cualquier tema facilita la comprensión y ofrece una valiosísima idea general. 
  • Es vital que escuchen reflexionando y siguiendo mentalmente el orden expositivo del tema: título, qué se pretende probar, aspectos bajo los cuales se aborda el tema, pasos que se aproximan al objetivo propuesto, conclusión final y consecuencias que se derivan. 
  • En esta escucha activa es decisivo no perder el hilo expositivo. 
  • Es muy importante la rapidez y la concisión. Para ello pueden utilizar una serie de abreviaturas o signos personales, una especie de código que pueda ser interpretado con facilidad y permita limitar la escritura de los apuntes a lo estrictamente imprescindible para una buena comprensión posterior. 
  • En el apunte se deben anotar solo las afirmaciones más importantes del expositor, dejando constancia del hilo conductor de su argumentación. Si en algún momento su discurso se aleja del tema que está desarrollando, se debe dejar de escribir y esperar con atención el momento en el que lo retome.
  •  La prolijidad y presentación del apunte tienen un valor secundario. Sí es indispensable que la letra sea clara y legible. 
  • Para la toma de apuntes es muy útil y práctico utilizar esquemas, cuadros, flechas u otros signos. Ello permite escribir menos y ordenar el contenido de un modo más claro.

Recomendación… 

Una buena forma de incorporar los conceptos dados en clase podría consistir en transcribir los apuntes tomados en papel a sus netbooks. Para ello pueden utilizar un editor de texto como el Microsoft Word (sistema operativo Windows) o el OpenOffice.org Writer (sistema operativo Linux). 

El subrayado como herramienta para el estudio. 


Subrayar es destacar mediante un trazo –líneas, rayas u otras señales– las frases esenciales y las palabras claves de un texto.

 ¿Por qué es conveniente subrayar? 

  • Porque permite llegar con rapidez a la comprensión de la estructura y organización de un texto.
  •  Ayuda a fijar la atención. 
  • Favorece el estudio activo y el interés por captar lo esencial de cada párrafo. 
  • Incrementa el sentido crítico de la lectura dado que a través del subrayado se distingue lo esencial de lo secundario. 
  • Permite repasar lo esencial en poco tiempo. 
  • Es condición indispensable para confeccionar esquemas y resúmenes. 
  • Favorece la asimilación y desarrolla la capacidad de análisis y síntesis. 

¿Qué se debe subrayar?

  • La idea principal, que puede estar al principio, en el medio o al final de un párrafo.
  • Palabras técnicas o específicas del tema estudiado y algún dato relevante que permita una mejor comprensión. 

¿Cómo detectar las ideas más importantes para subrayar? 

  • Son las que dan coherencia y continuidad a la idea central del texto. 
  • En torno a ellas giran las ideas secundarias. 

¿Cuándo se debe subrayar? 

  • Nunca en la primera lectura, porque se podrían subrayar frases o palabras que no expresen el contenido central del material. 
  • Las personas que están muy entrenadas en lectura comprensiva suelen hacerlo en la segunda lectura. Las menos entrenadas, en una tercera lectura. 
  • Se debe subrayar cuando se conoce el significado de todas las palabras en sí mismas y en el contexto en que se encuentran expresadas. 

¿Qué ventajas trae subrayar? 

  • Es un procedimiento rápido que mantiene activo al lector. 
  • Se hace sobre el texto mismo, no hace falta salir de él para implementarlo. 
  • Fija la atención del lector. 
  • Resalta lo más importante y elimina lo accesorio y redundante. 
  • Permite darle una organización y estructura propias a la lectura, de acuerdo al objetivo para el que se lee. 
  • Es el insumo básico para hacer síntesis propias de lo leído. 
  • Facilita el estudio y ahorra tiempo en los repasos. 
  • Hace más sencilla las revisiones antes de los exámenes
El subrayado es una técnica de organización de la lectura que pretende identificar lo más importante y organizarlo con el fin de estudiarlo y aprenderlo. No está separado de la lectura, como otras herramientas que verán a continuación, sino que se desarrolla simultáneamente.

Si se lo adopta como herramienta, puede resultar un recurso muy eficaz, en especial cuando se trata de materias que proponen una gran cantidad de textos que por una cuestión de tiempo difícilmente se puedan volver a releer en su totalidad antes de un examen.   
Para comprobar que se ha subrayado correctamente es aconsejable hacerse preguntas sobre el contenido, y si las respuestas están incluidas en las palabras subrayadas, entonces el trabajo estará bien hecho. Muchos estudiantes no usan el subrayado porque aducen que leer se vuelve más lento. Es cierto. Pero también es indudable que potencia una mayor y mejor comprensión de la lectura, ya que la vuelve una lectura activa.

El resumen como herramienta para el estudio. 


Hacer un resumen consiste en expresar por escrito, de manera simplificada, la información contenida en un texto, utilizando las propias palabras para dar cuenta de aquellas secciones o segmentos que contienen los datos centrales. La información incluida y la omitida en el resumen de un texto revelan aspectos de lo que se ha comprendido y se ha recordado. Desarrollar la habilidad para resumir el contenido de un material es de gran utilidad para la comprensión y el aprendizaje.

 Las fases en el proceso de resumir son las siguientes:

1. Análisis Supone los siguientes pasos: 

a) Lectura rápida del documento original para localizar las categorías temáticas y los párrafos más relevantes.
b) Toma de notas y subrayado de las partes del documento que mejor representen su contenido. 
c) Lectura profunda de las partes fundamentales. 
d) Disociación de lo sustancial respecto de lo secundario. 
e) Omisión de la información que resulte obvia o conocida.

2. Síntesis Involucra las siguientes acciones:

a) Reorganizar y recomponer la información resultante del análisis (ideas principales, métodos). 
b) Releer el resumen para filtrar y depurar la información. 

En pocas palabras, hacer un resumen consiste en realizar una breve redacción que recoja las ideas principales del texto, utilizando el propio vocabulario. Al resumir, es importante que anoten solo lo fundamental. Es aconsejable leer primero un párrafo completo y luego considerar si algún pasaje del mismo merece ser trascripto en el resumen, para entonces copiarlo. 

Como un buen resumen se basta a sí mismo, es de gran importancia que en él queden claras las conexiones que unen las afirmaciones entre sí. De lo contrario, solo tendrán un conjunto de frases textuales valiosas, pero perderán el eje argumentativo.

La principal contraindicación del resumen es el tiempo que insume realizarlo, muy superior al del subrayado. Para resumir, hace falta salir del texto, a fin de anotar en otro soporte las partes subrayadas y elaborar un relato nuevo, más sintético. A ello se suma, en algunos casos, la poca claridad de la letra, cuando no se tiene una buena caligrafía y se escribe de modo apresurado. En estos casos es muy recomendable que, en lo posible, lo hagan en la computadora. Ello les permitirá, además, agregar palabras, borrar, buscar con rapidez una referencia a partir de una palabra o frase, y copiar y pegar pasajes o citas textuales en otros trabajos.



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