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lunes, 23 de diciembre de 2019

¿Se puede enseñar la creatividad? Un debate actual.

22:21
Es ampliamente aceptado que, con la "Industria 4.0" en pleno apogeo, el panorama educativo está cambiando. Cada vez más la educación nos prepara para trabajos que están en riesgo de automatización. Ciertamente, los profesores no son inmunes, ya que la inteligencia artificial con secuencias de comandos o las IA ya se están utilizando para entregar contenido enseñado a los estudiantes.

En términos más generales, aquellos a quienes enseñan, y muchas personas esperan tener una vida profesional múltiple, cada una de ellas basada en una serie de habilidades transferibles. Por estas razones la educación se está centrando en desarrollar las habilidades blandas más demandadas, en particular la creatividad.

"¿No puedes enseñar creatividad?"


Día a día nos familiarizamos con la idea de que parte del aprendizaje no se puede enseñar directamente. La ética es un buen ejemplo de esto. Ningún filósofo podría (o debería) afirmar ser capaz de "hacerte una persona más ética". Además, ningún plan de estudios sobre ética puede (o debería) incluir el resultado del aprendizaje "los estudiantes se volverán más morales".

Cuando se trata de desarrollar la creatividad e innovación en los estudiantes, la historia es muy parecida. Ningún teórico de la creatividad podría (o debería) afirmar ser capaz de "hacerte una persona más creativa". Del mismo modo, ningún plan de estudios puede (o debe) incluir el resultado de aprendizaje "los estudiantes serán más creativos".

Sin embargo, muchos planes de estudio se acercan a decir esto. Existen muchos cursos de filosofía que identifican el "desarrollo del pensamiento creativo" como resultado del aprendizaje. Naturalmente, la mayoría no garantiza esto, prometiendo en cambio "alentar la práctica creativa".

¿Pero por qué mencionarlo? Imagínate si se aplicara el mismo enfoque a la ética: "Al final de este curso, los estudiantes demostrarán una capacidad de actuar éticamente" o "se alentará a los estudiantes a ser éticos". Antes de de cualquier otra cosa, uno esperaría que este sea un objetivo en cualquier aula, punto.

Cuando se trata de evaluación, la pregunta es cómo se puede demostrar que los estudiantes han sido alentados a ser más éticos / creativos sin saber lo que significa ser ético / creativo. Este es el "problema de evaluación" cuando se trata de habilidades. Tenga en cuenta que "saber" aquí significa "tener las respuestas".

Puede tener sentido decir que un maestro tiene la intención de alentar a sus alumnos a pensar de manera ética / creativa, pero este estímulo en sí solo puede ser exitoso (o evaluado en absoluto) si sabemos lo que estamos alentando a los estudiantes a hacer específicamente, es decir, si no es solo gritar "¡sé espontáneo!" (en sí mismo, una paradoja).

En resumen, la evaluación de las habilidades en cuestión contradice la afirmación de que, como habilidades, no se pueden enseñar.

Co-creación


Y, sin embargo, esto podría apuntar hacia una forma de abordar los dos caminos enumerados anteriormente: acompañar a los estudiantes en su aprendizaje.

Ciertamente, hubo muchos sugerir que la mejor manera de desarrollar la creatividad de los estudiantes es reimaginar la relación estudiante-maestro como una de co-creación. Como cocreadores, la pedagogía actual cree que cualquiera de estas vías podría funcionar.

Por ejemplo, el proceso para crear algo no es algo que deba imponerse desde afuera, sino que se trabaja en colaboración. Del mismo modo, el uso de un marco creativo es algo en lo que el estudiante y el maestro pueden ponerse de acuerdo: el estudiante puede proponer una prueba fácil, mientras que el trabajo del maestro es desafiarlos y llevarlos a nuevas alturas.

En resumen, entonces, la solución al problema de la evaluación significa reconocer que, en ambos extremos del proceso creativo, el maestro no "tiene las respuestas". El aprendizaje y la evaluación deben pertenecer al alumno y al profesor en concierto.

miércoles, 23 de octubre de 2019

Tendencias emergentes en el aprendizaje

12:59
Imagina ir a la escuela en un museo y estudiar artefactos reales.
Imagina a estudiantes de secundaria diseñando soluciones prácticas a problemas de la comunidad. O teniendo contacto sostenido con un asesor que los ayude a descubrir en qué son buenos, qué les interesa y dónde pueden marcar la diferencia.

Aquí algunas tendencias emergentes que tienen que ver con estas cuestiones: un enfoque en la contribución, el aprendizaje inmersivo y una orientación reflexiva.


Contribución

Sería ideal tener una educación que haga enfoque en el propio desarrollo de cada estudiante.
"La escuela debe consistir en descubrir en qué eres bueno, preparándote para una vida de propósito, una vida de contribución". (Ted Dintersmith)
Después de décadas de un enfoque limitado en las pruebas estandarizadas, la educación impulsada por un sentido de propósito y haciendo del mundo un lugar mejor se está imponiendo. Un número creciente de escuelas y programas ahora ayudan a los estudiantes a desarrollar el pensamiento de diseño y la mentalidad empresarial que los jóvenes necesitan para sumergirse en problemas complejos y hacer una diferencia en su comunidad.
Hoy un número creciente de escuelas de ingeniería incorporan una mentalidad emprendedora (detectar oportunidades y ofrecer valor) para hacer el bien en el mundo.
La profesora de la Universidad Estatal de Arizona, Sasha Barab, dijo: “Cuando uno trata el impacto en el mundo como el objetivo, entonces el criterio para el éxito se convierte en si el individuo puede, y elige, aprovechar el contenido que debe aprenderse de manera que sea relevante para los objetivos que lo ven como importante ".

Aprendizaje inmersivo

Las experiencias de aprendizaje de gran alcance suelen ser inmersivas. Algunas escuelas están aprovechando el poder del lugar en el que se encuentran para explorar los aspectos ecológicos, culturales y económicos de una comunidad.
La realidad virtual (VR) está llevando el poder del lugar a las aulas. Google Expeditions permite a los estudiantes explorar el mundo con un visor de bajo costo. La realidad virtual se está volviendo ampliamente utilizada en la capacitación laboral donde la simulación también es beneficiosa.
Resultado de imagen para aprendizaje inmersivo

La tecnología móvil ha facilitado la ampliación del aprendizaje basado en proyectos desde el aula a la comunidad. Los teléfonos inteligentes con GPS, cámaras y sensores permiten a los alumnos documentar las investigaciones dentro de sus propias comunidades. Las aplicaciones de realidad aumentada (AR) pronto permitirán a los alumnos sumergirse no solo en entornos locales, sino también en los conjuntos de datos asociados. Imagine una encuesta de vecindario que un día considera datos económicos y otro día datos ambientales. Con AR, los estudiantes pueden experimentar tales hallazgos de una manera más personal y memorable.

Algunas aplicaciones y programas permiten a los maestros monitorear el progreso de sus estudiantes en las distintas áreas en las que se encuentran trabajando. Estas soluciones ayudan a generar aulas de innovación educativa y permiten a los docentes pensar en mejores soluciones para que sus alumnos puedan sacar el mayor provecho de su educación, entendiendo que no todos son iguales y cada persona incorpora conocimientos de diferentes maneras y en sus propios tiempos.

Orientación

El panorama laboral está siendo transformado por la Cuarta Revolución Industrial y ha habido una explosión de opciones de aprendizaje secundario y postsecundario asociadas. Ayudar a los alumnos a tomar buenas decisiones sobre qué aprender y cómo aprenderlo es cada vez más importante cada día. Los sistemas de información ampliamente utilizados brindan asesoramiento genérico, pero no orientación personalizada y localizada. Los servicios inteligentes que combinan asesores informados y sistemas de información integrales apenas comienzan a aparecer.
Podría resultar muy beneficioso para los jóvenes contar con un asesoramiento diario en el que los alumnos puedan trabajar en conjunto con profesionales que los ayuden a desarrollar habilidades y recibir una orientación reflexiva sobre los próximos pasos en su aprendizaje. Poder conocer sus opciones de carrera luego de la escuela y contar con una exploración de valores personales, fortalezas e intereses.


Estas tendencias emergentes están haciendo que el aprendizaje sea más atractivo, más decidido y más impactante a largo plazo.

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