Creemos que aburrirse en el aula es parte del orden natural de las cosas. No todo el tiempo, pero sí mucho. Pero, ¿es esta realidad una que realmente estamos dispuestos a aceptar para nuestros hijos? Algunos han argumentado que los niños deben aprender a aceptarlo. Aprender a superarlo es parte del objetivo, ¿verdad? ¡Claro que no! Superar el aburrimiento no es una cuestión de desarrollo del carácter. Y experimentarlo puede no ser saludable.
El aburrimiento surge como resultado de la falta de compromiso. No puedes aprender algo nuevo si no estás involucrado en el proceso. Nuestra tendencia es que sea responsabilidad del niño comprometerse, que debe “esforzándose más" o "estar más concentrado". Eso es como pedirle a alguien que encuentre divertidos tus chistes malos practicando más la risa.
El aburrimiento hace que los niños pierdan la
atención. Existen consecuencias negativas para los estudiantes que no
están atentos en clase y la amenaza de estas consecuencias puede desencadenar
estrés. Los alumnos aburridos se sienten estresados cuando se les pide
que respondan preguntas y no han estado escuchando. Pueden inquietarse, garabatear
o encontrar otros métodos para mantener la mente activa y estas actividades
rara vez son aceptables.
Muchas veces los maestros no pueden ver más allá de los
comportamientos que indican aburrimiento y, en lugar de examinar el entorno y
las actividades, comienzan a asignar aspectos negativos al niño, lo que solo
causa mayor estrés y no mejora la sensación de aburrimiento. Se convierte
en un círculo vicioso en el que se espera que el niño aprenda, pero no puede
participar en la lección porque puede ser demasiado pasivo para proporcionar la
estimulación necesaria para involucrar al cerebro en el aprendizaje.
Y no es solo el aburrimiento lo que lleva a los niños a no prestar
atención en clase o perder el interés por aprender. El tipo de educación a la
que estamos acostumbrados se basa en un profesor parado delante de la clase “impartiendo
conocimientos” que muchas veces son poco claros o hacen sentir a los niños que
deberían aprender de memoria. El sistema educativo a veces parece estancado y
resulta difícil salir de estos viejos parámetros.
Entonces ¿Qué deberían hacer las instituciones educativas?
Aquí hay una pequeña lista de ejemplo sobre lo que suelen
pensar los niños que no logran encontrar la motivación necesaria durante el
proceso de aprendizaje, y algunas ideas para solucionarlo.
1.
¡Es aburrido!
Cómo mencionamos anteriormente, esta es la razón número uno.
Seguramente todos podemos sentirnos identificados porque, como adultos, también
tendemos a desconectarnos cuando estamos aburridos. Los estudiantes a menudo se
quejan de que las lecciones se vuelven aburridas cuando sienten que son
demasiado abstractas o completamente irrelevantes para ellos
La solución: Encontrar formas
de mantener la lección relevante para los estudiantes. Enseñar utilizando
lecciones prácticas o utilizando temas actuales para introducirlos en una
asignatura puede ayudar a captar la atención de los alumnos. Lo más importante es
que si un profesor está aburrido de enseñarles, es probable que ellos también
se aburran de aprender, por lo que se deben pensar en formas de mantener el
interés.
2.
¡Es demasiado difícil!
Si el material se presenta en el nivel incorrecto, ya sea
demasiado fácil o demasiado difícil, entonces los estudiantes se desvinculan y
dejan de intentar aprender. Los niños odian fallar y muchos dicen que prefieren
no intentarlo en absoluto que hacer algo que creen que está más allá de sus
capacidades y terminar fracasando.
La solución: Planificar
cuidadosamente para asegurarse de que es posible diferenciar una lección según
las diferentes habilidades de los alumnos dentro de la clase. Además, tener un
par de actividades de extensión bajo la manga para aquellos que terminan el
trabajo muy rápido y pensar en formas de crear una lección que pueda aprovechar
las inteligencias múltiples de los estudiantes, ya que no todos aprenden de la
misma forma.
3.
¡No quiero trabajar solo!
Si bien los maestros a menudo pueden ver el beneficio de
pedir a los estudiantes que trabajen solos, ya que puede parecer que se concentrarán
mejor y será menos probable que se distraigan, los alumnos no siempre lo ven de
la misma manera.
La solución: Cuando es
práctico, el trabajo en grupo a menudo hará maravillas para el entusiasmo de
los estudiantes. La mayoría de los niños disfrutan de la oportunidad de
trabajar en un estilo colaborativo para ayudar a su comprensión y les agrada tener
la oportunidad de negociar, explicar y comunicar ideas con sus compañeros para
generar una mejor comprensión de un proyecto.
4.
¡Odio aprender cosas de memoria!
Si bien los estudiantes pueden comprender la necesidad de
aprender hechos y cifras para aprobar los exámenes, también tienden a no
disfrutarlo. Es una forma de aprendizaje muy poco satisfactoria.
La solución: Utilizar la
creatividad. En lugar de esperar que los estudiantes aprendan hechos concretos
y secos de memoria, la lección puede convertirse en un juego o una competencia.
Dividir la clase en dos y ver qué mitad puede recordar la mayor cantidad de
adjetivos en inglés de la última lección, o qué equipo puede describir mejor el
cambio de estado del agua. Hay cientos de recursos que se pueden usar para
agregar un poco de sabor a las partes menos emocionantes del plan de estudios.
5.
¡Nunca hay suficiente tiempo, no tiene sentido!
Los alumnos se sienten realmente frustrados cuando
finalmente logran entender un concepto difícil y luego suena la campana y pasan
a una lección completamente diferente. ¡También es bastante frustrante para el
profesor!
La solución: Planificar el
tiempo sabiamente. Asegúrese de que, siempre que sea posible, haya suficiente
tiempo y de que todo esté completamente preparado para perder la mitad de la
lección solucionando la administración básica. Si las instrucciones son
complicadas, los estudiantes pueden leer de antemano para hacer la tarea y llegar
a clase listos con cualquier pregunta. Planificar lecciones que involucren
proyectos que podrían ejecutarse antes de la hora del almuerzo o al final del
día, y darse un tiempo para ayudar a los estudiantes a terminar las cosas. Si la
escuela está dispuesta a hacerlo, puede planificar una semana empresarial o
similar en la que los estudiantes puedan trabajar en proyectos importantes
durante toda la semana que se basen en una amplia gama de materias del plan de
estudios.
¿Qué otras razones creen que pueden hacer
que los estudiantes no se concentren en las lecciones?
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