Tal vez algunos puedan plantear que la idea de una “buena escuela con TIC” como objetivo de las instituciones educativas puede resultar sumamente deseable e interesante, pero difícil de llevar a la práctica.
Luego de 3 años de trabajo con más de 500 escuelas de distintas provincias del país, desde Escuelas de Innovación sabemos que no se trata de una tarea fácil, pero tampoco imposible, y dedicaremos la
segunda parte de este material a demostrar de qué manera se puede llevar a cabo.
Antes de hacerlo, puede resultar oportuno repasar algunos de los “obstáculos previos” o “pre-juicios”
más comunes que hemos advertido en los espacios de trabajo con directores y vicedirectores,
asesores pedagógicos, administradores de red, entre otros. “Prejuicios” que buscamos poner en tensión, poco a poco, con propuestas concretas de trabajo a lo largo de los diversos encuentros
compartidos.
Pasemos, entonces, a enumerar los más comunes, que tal vez hayamos experimentado muchos de quienes desempeñamos roles de gestión educativa:
1. “El equipo docente no está capacitado…”
2. “No tenemos conectividad…”
3. “No tengo referente tecnológico…”
4. “El piso tecnológico no funciona…”
5. “Los alumnos no traen las netbooks, o están todas bloqueadas o rotas…”
Todas estas afirmaciones tienen implícita una misma conclusión: “…por lo tanto no se puede hacer nada”.
Si bien estas expresiones probablemente se apoyen en diversas experiencias, razones o fundamentos, queremos ampliar nuestra 1. “El equipo docente no está capacitado…”
En varias escuelas de Mendoza y de la provincia de Buenos Aires en las cuales se detectaba una necesidad de formación de mayor profundidad para el uso pedagógico de las TIC en las aulas, en primer lugar, se identificaron buenas prácticas en los docentes de la institución, y a continuación, se
organizaron espacios de socialización o de trabajo en parejas pedagógicas para que esas prácticas comenzaran a ampliarse a otros docentes.
Es de destacar que, en algunos casos, esta propuesta fue tomada como iniciativa distrital coordinada por los inspectores, lo que permitió socializar y ampliar prácticas a todas las escuelas del distrito.
2. “No tenemos conectividad…”
En varias escuelas de Entre Ríos, ante situaciones de falta de conectividad o de que la conexión no fuera lo suficientemente buena como para los alumnos, se comenzó a organizar el uso del servidor escolar con fines pedagógicos. De esta manera, se crearon usuarios para los distintos roles (docentes, alumnos, equipo directivo, administradores) y carpetas para cada sección con permisos definidos para cada tipo de usuario. Así, los docentes podían descargar lo que precisaban desde otro lugar –páginas de internet, archivos de audio, imágenes, etc. – y luego, alojarlo en el servidor para que todos los alumnos pudieran acceder.
Asimismo, vale la pena mencionar que gran parte de las propuestas pedagógicas del resto de las publicaciones de esta colección (las correspondientes a las áreas académicas) se centran en recursos y aplicaciones disponibles en las netbooks, por lo que no requieren uso de internet.
3. “No tengo referente tecnológico…”
En el caso de una escuela de San Juan, el tiempo de dedicación asignada a RTE era muy acotado y, desde el equipo de conducción, veían que no alcanzaba para cumplir con las tareas básicas, sobre todo en relación con la gestión de máquinas bloqueadas y la carga en el aplicativo de Conectar
Igualdad de las máquinas rotas. Frente a esta situación, se tomó la decisión de que, durante algunas jornadas, el RTE se ocupara de capacitar a la asesora pedagógica y a otra docente en estas tareas, para que pudieran suplirlo cuando él no estuviera.
En escuelas de Mendoza, Tucumán y Entre Ríos, se formaron capacitaron a alumnos tutores, dos o tres de cada sección, para que aprendieran a desbloquear las máquinas de sus compañeros, liberando así a los responsables técnicos de esta tarea.
4. “El piso tecnológico no funciona…”
Tanto en Entre Ríos como en San Juan, hubo escuelas que tenían dificultades con el funcionamiento del piso tecnológico, sobre todo los Puntos de Acceso (APs), lo que imposibilitaba el trabajo en red en las aulas.
En estos casos, las propias escuelas encontraron una solución enseñando a los docentes a configurar una red local desde la propia netbook, de manera que los alumnos pudieran conectarse a ella e intercambiar archivos con el docente sin necesidad de contar con un AP. Organizaron espacios de
capacitación interna en distintas franjas horarias para que todos los docentes participaran de acuerdo a su disponibilidad y luego, jornadas con algunos alumnos referentes de cada sección (alumnos tutores) para que ellos aprendieran a hacerlo también y apoyaran al docente en los casos que
fuera necesario.
5. “Los alumnos no traen las netbooks, o están todas bloqueadas o rotas…”
A lo ya comentado en el punto anterior sobre alumnos tutores, se puede agregar la iniciativa, en la provincia de Tucumán, para lograr un “bloqueo cero” y aumentar la presencia de las netbooks en muchas de sus escuelas.
Además de la capacitación interna a docentes y alumnos tutores, se realizaron acciones de comunicación y concientización a alumnos y familias, de monitoreo periódico de la cantidad de netbooks disponibles y de trabajo con los docentes para que comenzaran a solicitarlas con más frecuencia en las clases.
A su vez, en varias escuelas de Entre Ríos se organizó el uso de las netbooks adicionales con las que contaba la escuela para que estuvieran a disposición de los docentes como reemplazo para alumnos que tuvieran la suya descompuesta o no la hubieran traído. En algunos casos se instrumentó,
además, un sistema de “cupos” para que aquellos alumnos que solamente se habían olvidado de llevar la netbook tuvieran un máximo permitido para solicitar este reemplazo, a fin de incentivar que llevaran el dispositivo propio y no utilizaran siempre el proporcionado por la escuela.
Fuente:
http://www.conectarigualdad.gob.ar/
viernes, 12 de febrero de 2016
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